Me ha costado encontrar el blog, bajo
tantas telas de araña, polvo y, por que no, palabras desperdigadas
por ahí, pero fin lo hallé. Intentaré hacer un poco de limpieza,
porque el resto del equipo y yo los hemos dejado bastante abandonado. Perdón y una sonrisa adjunta de disculpa, especialmente a
los seguidores y seguidoras.
Veamos, por dónde empiezo... Música...
Si, música, ese siempre es un buen tema.
Hoy me he pasado la tarde buscando
canciones, estribillos que cuando los oigo, me gustan y me llenan o
las reconozco y pienso "¡por fin encontré el título de esta
canción!". Puedo perder, no, mejor dicho, invertir horas y
horas saltando a través de cientos de líneas musicales. Pues bien,
te dejo aquí algunas de las canciones que volví a escuchar después de un tiempo (buscaba canciones para Synthesia, un programa que empecé a probar hace poco y que te enseña a tocar canciones a piano). Claro está que hay muchísimos géneros musicales, así que no tienen porque agradarte, aunque
eso no estaría mal:
Halo de Beyonce:
Beatiful, Christina Aguilera:
Por Una Cabeza, Astor Piazolla:
River Flows In You, Yiruma:
La Valse d'Amelie, Yann Tiersen:
In The End, Linkin Park:
Fly Of The Bumblebee:
Love Story, Richard Clayderman:
Día a día estamos rodeados y rodeadas
de música: en la calle, en el instituto, en el trabajo, mismo en
nuestras casas. Pero no me refiero a llevar puestos los cascos del
mp4, ni a la música de los anuncios de la TV; sino a acciones y
objetos cotidianos, como el susurro que produce la mina de un lápiz
contra la superficie lisa de un folio o el tecleo continuo sobre el
teclado del ordenador, incluso el tic-tac de un reloj. Pequeños tonos que componen nuestra vida.
Párate a escucharlos de vez en cuando. Pueden hacerte sonreír.
Un abrazo a quien me haya leído (y a
quien no, también).