jueves, 22 de diciembre de 2011

Historia nº2

Me desperté. Estaba sólo en medio de una calle un tanto tétrica. ¿Dónde estaba? ¿Seguía dentro de mi ciudad?, aunque la calle no me sonaba... ¿Cómo había llegado allí?
De repente, oí ruidos procedentes de la calle de enfrente. Me levanté, me acerqué, despacio e intrigado, y vi un cartel: “Calle Cochambritos”. ¿Cochambritos? Vale, ya tenía claro que no estaba en mi barrio, ni siquiera en ciudad. ¿Pero dónde?
Decidí seguir andando hasta que llegué a una casa, de donde parecían proceder esos extraños sonidos. Entonces lo vi. En el jardín de esa casa, bañándose en una piscina (que no tenía agua, sino algo rosa y blanco, que parecía... tarta), había un kiwi.
Un kiwi.
Un kiwi con cara, brazos y piernas. Me quedé con la boca abierta. Entonces, me miró. Yo continué mirándole. Me quedé tieso, sin saber si reírme, asustarme o echar a correr. El kiwi dejó de comer la tarta en la que se bañaba y chapoteaba (creo que sus chapoteos eran los ruidos raros que había escuchado), salió de la piscina, caminó a paso ligero y se plantó delante de mi.
- Hola. La clave es: Mi kiwi parlanchín se dio un baño en la piscina de tarta de la calle Cochambritos -dijo él con una voz grave y rasgada- Ahora ven conmigo, te presentaré al resto.
Un kiwi con cara, brazos y piernas acababa de hablarme... Me quedé estupefacto (si es que podía estarlo más). Totalmente en silencio, asimilando el hecho de que me había vuelto loco. Esa era la única explicación.
- Te están esperando, ¿quieres venir de una vez? -otra vez el bicho ese había vuelto a hablarme.
Salí de mi ensimismamiento y me dirigí allí sin pensar si debía o no.
Mientras andaba, intenté recordar qué me había dicho al principio: “La clave es: Mi kiwi parlanchín se dio un baño en la piscina de tarta de la calle Cochambritos. Ahora ven conmigo, te presentaré al resto. ” ¿Clave? ¿La clave para qué? ¿Presentarme al resto? Pero si no había nadie más...
En ese momento me percaté de que no sólo había un kiwi, sino decenas de ellos. También con cara, brazos y piernas. Mirándome.
¿Habían estado ahí desde un principio?
Hubiese sido uno de los momentos más cómicos de mi vida, sino fuese porque estaba aterrado aceptando, muy a mi pesar, que me había vuelto majara.
- No estás loco, tranquilo -me dijo uno de los kiwis, con voz femenina, pero no supe adivinar cual- al menos no en principio, aunque es una posibilidad.
- Yo creo que esto es un mal sueño -opinó otro.
- No, chaval, lo que pasa es que comiste setas alucinógenas y ahora lo estás flipando en colores -comentó otro.
- Os equivocáis todos -alzó la voz un bicho parlante distinto- Te has muerto y esto es el cielo.
Todos los kiwis comenzaron a exponer sus teorías y opiniones, gritando y armando alboroto. El kiwi al que vi bañándose en la piscina me agarró de la camiseta y me llevó a un lugar apartado de ese jaleo. Me susurró al oído:
- Has venido aquí gracias a una máquina de teletransportación a universos no tan paralelos, y para...
Como un rayo, varias imágenes atravesaron mi mente, haciéndome recordar:
- Ten en cuenta, Alberto, que una vez puesta en marcha la máquina, ya no podrás echarte atrás -me había dicho mi vecino, el señor Agustín- Cuando llegues al otro universo de alguna forma tendrás que conseguir la clave para volver. Si no la consigues...
- … no podré volver. Lo sé.
- ¿Seguro que estás preparado?
- Hemos trabajado mucho para conseguir esto, ¡por supuesto que lo estoy! -exclamé entusiasmado mientras me colocaba encima de la plataforma de la máquina. Todavía no podía creerme que hubiésemos creado una máquina de teletransporte a otros universos no tan paralelos (este término me lo inventé y lo dejamos así porque sonaba guay) y que tuviese la oportunidad de probarla el primero.
- Sí esta preciosidad funciona, seremos famosos -dijo a carcajadas Agustín- Elige un universo no tan paralelo. ¿O prefieres que se elija al zar?
- Al azar -elegí sonriendo.
El señor Agustín empezó a activar los interruptores necesarios para el arranque. La máquina emitía toda clase de ruidos, que me excitaban cada vez más.
- Prepárate. Tres... dos... uno... cero.
Lo siguiente que recordaba era haberme despertado en ese extraño universo lleno de kiwis parlantes.
- … Y para volver a mi universo, necesito la clave... -terminé la frase que el kiwi había empezado.
- Exacto -dijo él satisfecho, al ver que ya comprendía la situación- Por cierto, quería presentártelos a todos, pero visto el alboroto que se ha formado, no podré hacerlo. Una pena, son muy simpáticos.
Le sonreí, porque no podía hacer nada más, todavía estaba sorprendido, y maravillado, por todo aquello... La máquina había funcionado... Increíble.
Finalmente conseguí decirle:
- Sí, eso parece. Gracias por la clave. Un placer haberte conocido.
- Lo mismo digo.
Me fui alejando de aquella casa y volví donde había comenzado todo. De pronto pensé en algo y se me cayó el alma a los pies. Tenía la clave, sí... ¿pero qué hacía con ella? Me senté y cerré los ojos para concentrarme y pronuncié la frase:
- Mi kiwi parlanchín se dio un baño en la piscina de la calle Cochambritos...
Cuando abrí los ojos, vi unas piernas. Alcé la vista y vi a Agustín sonriéndome de oreja a oreja.

FIN.
Esta es la segunda historia del proyecto brainstorming. No os pediré disculpas por no publicar entradas en bastante tiempo, sino que le daré las gracias a Brigh por tomarse la molestia de publicar y no dejar el blog descuidado ni a los lectores. Espero que os haya gustado y que no os aburriese. Un saludo muy grande y gracias por comentar en el blog. ¡Disfrutad de las fiestas!

9 comentarios:

  1. De nada, mujer, un placer, jeje. por cierto, esta me gusto mucho mas que la anterior xDDDD es buenisima!! podriamos instaurar al kiwi como mascota del blog!! jajajaja en serio, esta muy bien :D tienes frase para hacer la siguiente historia? quieres que te de alguna?

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  2. jaja q guay cuando puse la frase no pense q podria dar para tanto :O me encantan tus entradas, sigue escribiendo por favor!!! :D

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  3. Mola la historia! :) y eso que la frase era complicada xDD

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  4. Mi kiwi parlanchín... Me recuerda a esa cancion enfermisima que me inventé de niña, según yo para soñar lo que yo quisiera.
    Saludos!!

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  5. Personalmente, a mi también me gustó más esta. A la primera me parece que le falta dinamismo. Mascota del blog! Si te gusta, por mi no hay problema xD
    Todavía me falta una frase más. Brigh, después, si quieres, puedes poner más, por supuesto. Y los/as lectores/as también.
    Gracias por los cumplidos.
    Ojalá, ahora que somos mayores, pudiésemos tener tanta imaginación como cuando éramos pequeñas, porque es algo muy bonito. Gracias por comentar Lobita Nocturna. Y a los demás también.

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  6. ola soy naata :D me animo a poner una frase, y voy a darle tematica navideña:

    ...y así fue como aquel año coincidí en el mismo salón del té con elvis presley, el pulpo paul, Theodore Roosevelt, Papá Noel Verde y Kitty Zarpassuaves.

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  7. *Salón de Té

    PD: excuse-moi, ce moi ''another time'' :D

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  8. Carai, que frase! ¿Es que quieres matar a mi imaginación? Todavía me queda una frase más y después de esa ya me pondré con esta.
    Un saludo :)

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  9. hum, la frase pinta bien... seguro que te queda genial :P

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